Blitzlichpulver: El polvo del rayo.

Ya desde los primeros daguerrotipos de 1839, se planteó el problema de como realizar tomas nocturnas o con poca luz y más teniendo en cuenta la escasa sensibilidad del material fotográfico existente. Los primeros métodos empleados fueron la luz de velas, lámparas de gas o petróleo o las entonces muy recientes lámparas de arco eléctrico. Pero estos métodos eran usualmente insuficientes y/o inapropiados para la fotografía.

El magnesio era por aquel entonces un compuesto relativamente nuevo y su obtención en estado puro no fue realmente viable hasta en torno a 1857, alcanzando por ello en el momento altos precios. Poco después ya se empezó a plantear su uso para la iluminación de tomas fotográficas, para lo cual se utilizaba puro impregnando mechas que se consumían produciendo una luz constante o espolvoreándolo sobre una llama o cuerpo incandescente para obtener una llamarada más o menos larga en el tiempo.

Quemador de cinta de magnesio.
1864.
Uno de los primeros "flashes"
(no es uno propiamente dicho)
empleados en fotografía.
Quemador de magnesio
puro espolvoreado "Imperial".
1888.
Flash de magnesio puro de Byron.
1891.
Perfecto ejemplo de cómo
el fotógrafo había de soplar
el magnesio sobre
una llama.

El modo de uso arriba indicado se debía a que el Magnesio puro en polvo no reacciona fácilmente ante una pequeña llama (cerilla) y caso de llegar inflamarse, va generando una costra de residuos que impide la combustión completa del mismo. De ahí que el magnesio puro necesitara ser espolvoreado sobre una llama para que pueda llevarse a cabo una deflagración efectiva.
Así pues los fotógrafos fueron probando experimentalmente diversas mezclas de magnesio con otros componentes químicos para aumentar su reactividad, pues no existía un standard sobre los componentes o sus proporciones a utilizar. Por lo tanto, se mezclaba al magnesio con diferentes cantidades y mezclas de nitratros, azufre, sulfuros...e incluso pólvora lo cual generaba explosiones, usualmente peligrosas y en ocasiones incluso hasta mortales que en el mejor de los casos generaban una corta llamarada dejando la estancia llena de humos tóxicos y desagradables olores.

El alemán Johannes Gädicke comenzó ya en Berlín en 1879 a probar empíricamente diversas mezclas de este nuevo componente pero no fue hasta principios de 1887, asistido por un joven Adolf Miethe del vecino Potsdam, que dieran juntos con una mezcla funcional y estable tras numerosas pruebas prácticas. Esta estaba compuesta por 30 partes (porcentuales) de magnesio (Mg) puro, 60 partes de clorato potásico (KClO3) que aportaban el oxígeno necesario para la combustión y 10 partes de sulfuro de antimonio (Sb2S3) como catalizador de la reacción. La adición de este último compuesto lograba acelerar la combustión de tal manera que ésta duraba en torno a 1/30 segundos. Este tiempo tan rápido era de enorme ventaja al realizar por ejemplo retratos, ya que usualmente al quemar magnesio puro durante varios segundos, el retratado se solía inquietar por la proximidad de una llama chisporroteante pudiendo echar la toma a perder y dicha combustión contínua era fácil de apreciar en las retinas de la persona fotografiada. Aún así usualmente los fotógrafos que emplearan esta nueva mezcla instantánea (o similares) dispararían normalmente sin previo aviso para no predisponer al modelo a la explosión.

Uno de los retratos más conocidos de Adolf Miethe.
1913

A la mezcla base se le podía añadir sales de sodio, estroncio, litio, bario, calcio o talio hasta en 10 partes del total, para resaltar el contraste (en escala de grises) de ciertos colores en el negativo.
Se les concedió la patente de la mezcla en Alemania (42.966) y Austria (38/1443) en 1888 en la que además incluyeron un aparato con el que emplearla. Se trataba de un cajón con una pared de vidrio y una conducción con válvula para dejar escapar los gases de la combustión. Comentemos en este punto, que las mezclas de entonces (usualmente preparadas por el propio fotógrafo a propia cuenta y riesgo) se quemaban en diferentes recipientes y no era raro hacerlo en una simple sartén. El típico flash de magnesio que habremos visto en muchas películas no se desarrollaría hasta los albores del Siglo XX, como podréis comprobar en el artículo dedicado a la evolución del flash de magnesio.

Patente alemana 42.966
de Gädicke y Miethe.
Solicitada: 27.04.1887.
Concedida: 17.04.1888.

Aunque la explosión generara poco ruido, sí que originaba mucho humo el cual podría ser contenido por el quemador patentado. Su uso en interiores estaba condicionado por alguna manera de retener dichos humos con diferentes métodos que se inventarían a posteriori.
Un gramo de este Blitzlichtpulver, mezclable a mano, era suficiente para realizar un retrato. Con 4 gramos se podía iluminar un teatro entero. 10 gramos quemados a 25 centrímetros del objeto, proporcionaban (en teoría) la misma luminosidad que 1,5 segundos de sol directo a la una de la tarde a mitad de junio.

Gädicke y Miethe publicaron sus resultados en el "Praktische Anleitung zum Arbeiten mit Magnesiumblitzlicht" del que la prensa especializada pronto se hizo eco. Ya en 1888 el Profesor H. Cohn utilizó la mezcla para conseguir las primeras fotografías clínicamente útiles de la retina y los nervios ópticos y la policía hizo uso de la mezcla en 1889 para tomas nocturnas de las escenas de un crimen.
Igualmente se empleó la mezcla para la Microfotografía, aunque se constató que el aparato patentado para su uso no era el más adecuado en este caso.

La mezcla se popularizó igualmente fuera de Alemania e incluso periodistas estadounideneses hicieron uso de ella.
Creo que Gädicke y Miethe no se dieron cuenta en su momento de la trascendencia de su mezcla. En esa época en principio se la consideró como un método más de todos los que estaba saliendo para iluminar fotografías y de hecho tanto esta mezcla como las realizadas posteriormente convivieron largo tiempo con el magnesio puro espolvoreado como método "flash". Incluso ambos sigueron empleando tanto su mezcla, como dicho magnesio puro para sus experimentos fotográficos.
Por lo que he podido concluir tras haber estudiado sus peripecias, los caminos de Gädicke y Miethe se separaron poco después. De Gädicke se publicaron aún algunos trabajos y se solía mentar a la "mezcla de Gädicke" al referirse al Blitzlichtpulver. El que ganó más relevancia fue Miethe, quien poco después se doctoró y ganó renombre gracias a sus estudios en la incipiente fotografía en color.
Aunque la de Gädicke y Miethe no fue ni la primera ni la última mezcla explosiva de magnesio, fue la que mayormente dió nombre al concepto de "Blitzlichtpulver" ("polvo de luz de rayo") y se popularizó rápidamente.

Este artículo se publicó -adaptado- en el número 191 (noviembre 2019) del Historia National Geographic (páginas 14 & 15)

Daniel Sánchez Torres

Primera edición: 17.12.2019

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