CAPÍTULO 7: REICHENBACH, GOODWIN Y EL CULEBRÓN DEL CELULOIDE.

El problema de usar el papel como sustrato directo para la gelatina sensible era la estructura rugosa del propio papel, siendo necesaria una superficie lo más lisa posible para su uso como soporte por lo que el cristal era hasta el momento el objeto más utilizado, por idoneidad y coste.
Desde que los hermanos Hyatt descubrieran el celuliode para su uso comercial (en su caso para bolas de billar) fue un material usado por algunos fabricantes como soporte para negativos flexibles pero siempre como hojas unitarias y no como rollos. De este modo lo que se hacía era emplear bloques de celuloide que se laminaban para obtener dichos sustratos. Estas láminas de celuloide ofrecían esa flexibilidad y una superficie lisa y transparente con menor peso que el cristal y sin su fragilidad, pero eran demasiado gruesas como para ser enrolladas.

Eastman, aunque satisfecho con el éxito de su American Film, sabía que éste era aún no era la película definitiva que buscaba. Inmerso como estaba ahora en un negocio en vertiginosa expansión, contrató al joven químico Henry Maximilian Reichenbach para que se dedicara en exclusiva a la búsqueda de este papel flexible definitivo.
Tras unos 2 años de febril experimentación, Reichenbach logró dar con la base de celulosa ideal para usar de soporte de la película flexible. Eastman solicitó la patente junto a Reichenbach el 9 de abril de 1889, obteniendo el registro US417202 el 10 de diciembre de ese año, aunque Eastman no esperó tanto para venderla y la colocó en el mercado el 1 de julio de 1889.
Junto a la película y el método para producirla, Eastman patentó de nuevo la maquinaria para hacerlo a cualquier longitud deseada (patentes US471469 y US479305).

Patente US417202 Patente US471469 Patente US479305

Reichenbach, que había comenzado cobrando 600$ anuales de Eastman en 1887, pasó a recibir del mismo 5.000$ anuales y 75 acciones de la empresa por valor de unos 20.000$ tras su éxito con el filme.
A pesar de esta generosa retribución, la relación entre Eastman y Reichenbach terminó abruptamente el 1 de enero de 1892, cuando George Eastman despidió fulminantenente a Reichenbach junto al también químico S. Carl Passavant y al comercial Gustave D. Milburn al enterarse la tarde del día anterior de que estaban planeando crear su propia empresa (y para la que quisieron llevarse, sin éxito, a Frank Brownell) y hacerle competencia directa. Esta empresa, para la que ya incluso habían impreso prospectos, se llamaría “Corona Camera Company” y en ella iban a fabricar cámaras “Corona” con un Roll-Holder propio para hojas (no rollo) de película flexible, además de diverso material fotográfico.

Eastman intentó detener esta nueva competencia por medio de una demanda de cuyo juicio tuvo lugar de mayo a agosto de ese año resolviéndose parcialmente a favor de Eastman, pero sin más perjuicio para los demandados que la prohibición de emplear 16 materiales y/o fórmulas que fueran propiedad intelectual del demandante y a las que podían haber tenido acceso mientras trabajaban para él. Los tres exempleados pudieron así sacar entonces adelante su empresa, que pasó a ser la “Photo Materials Company” en mayo de 1893, de donde se marchó Milburn el 21 de mayo de 1894 para establecerse por su cuenta como “Milburn Korona Company” y presentando su cámara plegable “Korona” un mes después.
Reichenbach acabó fundando unos años más tarde la “Reichenbach, Morey & Will Company” con la que produjo sus propios aparatos fotográficos.

Este nuevo film transparente sustituyó completamente al American film, aunque éste aún se vendiera por un par de años. Todas las cámaras Kodak producidas hasta el momento podía funcionar indistintamente con ambas películas.

Anuncio Eastman a página completa
sobre planeado lanzamiento del su nuevo
film flexible para el 1 de julio de 1889.
Revista "Outing" 15.06.1889
Anuncio Eastman de la Kodak incluyendo
el nuevo filme flexible
sin necesidad de "Stripping".
Revista "Life" 04.07.1889
Productos Eastman, ya sin American Film.
"Photographic Times", agosto 1889.

Al tiempo de obtener la patente, Eastman se enteró (al menos oficialmente) de que ya existía una película de similares características en proceso de patente desde antes que la suya propia.
Efectivamente, el 2 de mayo de 1887 el reverendo Hannibal Goodwin ya había solicitado una patente para su película flexible con soporte de nitrocelulosa y el método para fabricarla. Incomprensiblemente la resolución de esta patente llevó más de 11 años, tras los cuales se le concedió a Goodwin la patente US610861 el 13 de septiembre de 1898.
Goodwin creó entonces su propia empresa “Goodwin Film and Camera Company” el 21 de junio de 1899 en la 765 Broad Street de Newark, con un capital máximo en bolsa autorizado de 1 millón de dólares, que Hannibal desde luego no tenía pues se había gastado sus escasos ahorros en intentar, sin éxito, fabricar su película comercialmente.

Entrada en el registro de la empresa de Goodwin.
Corporations of New Yersey - List of certificates 1895-1899

Goodwin falleció el 31 de diciembre de 1900 de un infarto a los 78 años de edad y los antiguos mayoristas de Eastman y ahora recién asociados F.A. Anthony y W.I.L. Adams (Scovill) se hicieron con la mayoría de las acciones de la empresa (a menor precio que el capital máximo autorizado) del reverendo pasando así a ser sus propietarios en agosto/septiembre de 1901 y adquiriendo con ella los derechos de sus patentes, incluída la del filme flexible. Éstos intentaron acto seguido venderle la empresa con las patentes por el millón de dólares que, nominalmente valía (la mitad en efectivo y la otra en acciones) a Eastman, bajo amenaza de demandarle por infringir su patente del filme flexible si no lo hacía.
Eastman despreció la oferta y la amenaza, por un lado por principios y por otro por que estaba convencido que la patente de Goodwin no supondría ningún problema para sus intereses.

Tras un segundo intento (de nuevo fallido) en el que Anthony & Scovill incluyeron su propia asociación en la oferta (paquete completo por 2,8 millones de dólares) con la esperanza de que Eastman los comprara y mantuviera bajo su propio nombre como había hecho con otras compañías fotográficas, cumplieron su amenaza y demandaron a Eastman el 15 de diciembre de 1902. Como contestación, Eastman les demandó a ellos el 13 de enero de 1903 por violación de patente en un canuto para rollo fotográfico.
En enero de 1903, lanzaron el “Ansco Film” consiguiendo recrear al máximo la fórmula de Goodwin y como argumento extra para apoyar su reciente demanda. El litigio tardó otros 11 años en resolverse, cuando el juez John R. Hazel dió la razón a la Goodwin/Ansco en primera instancia el 15 de agosto de 1913, decisión tras la cual Ansco exigió a Eastman una reparación de entre 5 a 25 millones de dólares.

Ansco Film, según la receta del "Dr. Goodwin".
"Photographic Times", diciembre 1902
Rollos del "genuino" Ansco Film
"American Annual of Photography"
1904

Eastman recurrió la sentencia pero esta fue ratificada el 10 de marzo de 1914, por lo que Eastman llegó a un acuerdo monetario el 27 de marzo de ese mismo año por una cantidad que no se hizo pública en el momento pero que tiempo más tarde el propio Eastman acabaría cifrando en unos 5 millones de dólares. Ese dinero cubriría todos los beneficios correspondientes al uso de la patente de Goodwin desde el 13 de septiembre de 1898 y de los futuros generados la expiración de la misma el ya cercano 13 de septiembre de 1915. La sentencia argumentaba que, aunque los componentes y procesos de ambas empresas no eran exactamente iguales, lo determinante era que Goodwin los había ideado (y patentado) antes de que Eastman/Reichenbach.

Esto fue un duro golpe para Eastman, aunque la cantidad a pagar no afectó realmente a su economía ni a la popularidad de su película. Au pesar de que Ansco se afanó en coronar a Goodwin como el creador de la película flexible, ese honor ya estaba firmemente anclado en el nombre Eastman para posteridad.

Curiosamente, mientras Eastman hacía millones con su peicula, Goodwin falleció en la más absoluta pobreza y su viuda no pudo disfrutar de la victoria. Efectivamente, Rebecca Allen Goodwin aún mantenía una participación significativa de acciones de la compañía que fundó su marido, por la cual que correspondería en torno a un millón de dólares del pago de Eastman. Sin embargo falleció de una pulmonía el 22 de septiembre de 1914, poco después de la sentencia firme contra Eastman.

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